miércoles, 4 de julio de 2012

Cera

La llama se pelea contra el viento, lucha buscando algún rincón por el que escabullirse y en su lucha deja un charco de cálido líquido, que explota al máximo la capacidad de contener y cuando ya no puede más escapa y fluye ligera ladera abajo hasta que el frío no la deja continuar y vuelve, de nuevo, a su propia cárcel, su cadena, su condena, su solidez, y nunca será lo que era.

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