martes, 24 de abril de 2012

Las últimas palabras

Estas son las primeras líneas que te escribo y probablemente las últimas. ¿Por qué?  porque soy volátil. No has tenido que esperar a la noche de San Juan para quemar tus recuerdos en un juego de aquelarre. Sólo me he evaporado como el alcohol de quemar sobre una herida ("dolía mucho y no fue nada").

Es gracioso ver como, siendo tú el que insistías en seguir, has sido el primero en olvidar y sin embargo soy yo la que tendrá que llevar el estigma de por vida. Y es que, no nos engañemos, la obsesión no es amor. La obsesión es un capricho, un deseo incontrolable, un juguete nuevo y brillante que pierde todo su encanto cuando otro objeto nos llama la atención. No te culpo, sólo creo que podías haberme ahorrado algún sufrimiento y desde luego puedes guardarte esta explosión de publicad. ("Lo perdimos tan fácil que valió la pena").

No me duele el hecho en sí sino más bien el saber que he perdido mis horas, mis días y mis neuronas escuchando tus mentiras. No busco eternidad, no en tus labios, no quiero continuar, no contigo. Pero sí deseo un mínimo de sinceridad, que realmente te creas lo que me dices. Guárdate tu drama, ya no te servirá más, no podrás chantajearme de nuevo porque ya no existo. La próxima vez que pienses en mi recuerda que estoy muerta, soy un ente, no tengo forma, he volado, me he esfumado, diluido, disipado, difuminado, gasif...

viernes, 20 de abril de 2012

Mi tigre

El principio de la primavera ya había terminado. Paseaba por la cuidad descubriendo edificios y paisajes que no había observado antes. Pero al cruzar la esquina se encontró de frente con un tigre.

Ahí estaba, quieto, inmóvil, casi inerte, reposando sobre sus patas traseras, con los ojos fijos, apenas un hilo de respiración. Una leve profundidad en su expresión hacía prever que quietud sería estallido.

Ella no se asustó, se acercó lentamente, extendió el brazo y con un ágil roce tocó los finos bigotes que se clavaban en el hocico de la bestia.

El tigre no reaccionó, tal vez por la sorpresa que supuso para éste que ella no se amedrentase. Permaneció unos momentos así, el tigre sentado y ella con los pies juntos, de pie frente a él, analizándose mutuamente.

Tras conocerse bien la anatomía la joven volvió a extender su brazo derecho, con la mano abierta la acercó al tigre y le acarició con una delicada zarpada sobre su propia oreja y así empezaron una guerrilla de inocentes juegos que duró toda la noche.

lunes, 16 de abril de 2012

Encima

Era su primer día de clase, estaba tan nerviosa que la noche de antes no había dormido nada. No sabía si era el calor o tal vez el te de la tarde, pero no podía dormir, no quería creerse que ya no sabía dormir sola, que necesitaba la presión de aquel cuerpo sobre el suyo.

jueves, 12 de abril de 2012

He sentido asco al ver tanta mentira junta, he sentido nauseas al comprobar como se puede manipular la información, he sentido miedo al pensar como pueden moldear mentes jovenes y algo menos despiertas con sus enredos y sinsentidos.

Años ha

Engaño al mundo con el beige en la mano y me mareo antes de que nadie lo sepa. Duerme esta noche que mañana será tarde. No podré olvidar como era tu cara cuando mirabas los sueños que tenía.

Vivía tan lejos que nunca pude llegar a ningún lado y escribo cosas sin sentido que escucho en inglés. No, no lo entiendo pero ahora estoy en éxtasis. Sí, sí que noto como me sube desde el centro hasta mi cabeza.

Y despierto de este letargo y me doy cuenta de que no puede ser posible, que no va a pasar, que no vendrá el lobo, que la música está alta, que la luz ya se apagó, que el manto dejó de cubrirme, que la vida juega al despiste.

Y me encanta levantarme y sentir como las drogas me sumergen en los paisajes que imaginé. No te quiero ver, no te quiero soñar, no después de ayer cuando cerraste los ojos para ver tiempos mejores, cuando te olvidaste de mi, cuando me llamaste por tu cumpleaños. Y sí, te quiero desde el concierto, desde mi ventana, desde la compañía de otros cuerpos, desde tu mirada.

Tal vez mañana no recuerde tu nombre, pero hasta entonces disfruto con tu presencia en mi paladar, con tu flor, con tu canción, condición ecuánime de tu existencia. No sé si habrá música aquí pero trataré de encontrarla, fácil es deshacer lo hecho, difícil hacer lo deshecho. Deseos de esperanzas y expectativas irreales.

Claro que se pasará, como el oscuro cielo que cubrió los fuegos artificiales. En la estación las mujeres se encierran en el lavabo y mueren las papeleras, los bancos están de pie y duermen los trenes.

Una vez aprendí que podía ser, que sólo tenía que saltar, me agarré de tu mano y me dejé llevar. Cuando termine agradeceré que viva. Lo confieso nunca me gustó el gato negro o el queso azul, pero al llegar a Siam me compré un sirviente y quise soñar vidas imposibles.

Creo que pasé el tren, tú detuviste mi mano y yo miré extrañada. Lo pregunté otra vez pero juraste cerrado tu fin.

Otro día vendré a despedirme de ti, puedo leer en la oscuridad