viernes, 26 de abril de 2013

No hay vuelta atrás

El humo llena la sala y yo juego a ser una funambulista. Vivo con la confortabilidad de estar en las alturas y el miedo a caer. Veo la distancia bajo mis pies y siento el vértigo y esa sensación en el estómago que hace que todo te dé vueltas. No quiero bajar aunque el circo me ha enseñado que no siempre se llega al final del trayecto y que caer es más fácil que seguir en pie. Me he arriesgado, no tengo red, la caída puede ser mortal pero las ganas y la fuerza necesarias para dar un paso más me las traen tus ojos. Lo repetimos constantemente, nos hemos engañado, nos hemos enganchado, no hay vuelta atrás.